¿Qué hago con mi vida?
¿Qué hago con mi futuro?
¿Qué carrera elijo?
¿Cuál es mi camino?
¿Quién en este mundo no se ha cuestionado alguna vez en su
vida una de estas preguntas?
Si buscamos una de estas preguntas en un buscador de internet,
podremos confirmar que son muchas las personas que intentan encontrar respuesta
a una o varias de ellas. Esto no significa que deberíamos quedarnos tranquilos
porque les pasa a muchos, ni tampoco deberíamos entrar en pánico ya que esto
suele desencadenar en una larga lista de conflictos personales, comenzando con
la desesperación y una posterior depresión. Pero lo cierto es que no hubo ni un
solo filósofo que no hablara de ello, desde Platón 428 a. C. hasta nuestros días.
La buena noticia es que todos tenemos estas respuestas
dentro de nosotros, solo hay que saber encontrarla. La mala noticia para
algunos, es que no siempre es fácil encontrarla y esto sucede por diferentes
motivos.
Primero que nada, es fundamental encontrarnos a nosotros
mismos. Muchas veces conocemos más sobre la vida de los demás que de la nuestra
propia y esto tiene cierto sentido porque cuando uno ve las cosas desde fuera
tiene mayor capacidad de entendimiento. Esto sucede por varios motivos, pero el
principal es porque no se está directamente influenciado por el problema u obstáculo
y esto permite que veamos con mayor claridad la situación y encontremos las
respuestas más fácilmente. Desde la posición de observador muchas veces no
entendemos ni siquiera cómo esa persona no se está dando cuenta de lo que pasa.
Nos preguntamos « ¿Cómo no lo ve? » Pero simplemente no lo ve, pasa
totalmente desapercibido para su cerebro.
Seguramente si tú estás en esta situación de no saber qué
hacer, será porque hay muchas cosas que están pasando totalmente desapercibidas
por tu cerebro y no las estés registrando.
Suele decirse que el ser humano es muy complejo y en parte
estoy de acuerdo. Pero si aprendemos cómo funcionamos, la complejidad se transformará en sencillez.
Nadie puede decir que pilotar aviones es fácil, pero para un piloto
experimentado es algo bastante sencillo y hasta divertido.
No podemos comparar un avión con un cerebro humano, la máquina
más compleja que conocemos. Pero si te conviertes en un experto de tu cerebro y
logras descubrir el porqué de tus tendencias y reacciones, descubrirás que pilotar
tu cerebro es bastante más sencillo de lo que parece.
Todo lleva tiempo y trabajo. Nada viene solo. No creas en
falsas esperanzas como que si piensas mucho en algo, el universo te lo proveerá,
porque no funciona de esa manera y lo único que lograrás al descubrirlo será entrar
en una decepción aun mayor de la que tenías anteriormente.
Siéntete libre de dejar tu comentario, tal vez encuentres
las respuestas que estabas buscando.